Como no podia ser de otra manera todo transcurrio entre recuerdos, alegrias y una gran picada regada con abundante y buena cervecita. Tengo que mencionar que a pesar de vivir todos en la misma ciudad, hacia mucho, mucho tiempo que no teniamos esta frecuencia de encuentros y el Tio Antonio era el ultimo bastion a conquistar, y ya esta, logrado el objetivo nos dirijimos inexorablemente a la recta final, solo once dias nos separa del esperado y ansiado reencuentro, aunque algunos llegan antes de la fecha.
En esta oportunidad se sumaron al trabajo la familia Rolon casi por completo, Gracias Lidia y Antonio por el aguante. |
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